El edificio Bambú es un paralelepípedo largo y estrecho, no muy alto, que ocupa uno de los lados de una manzana cuadrada y deja libre el resto para un gran patio-jardín para la comunidad.
Lo más característico del edificio y lo que le da nombre, es la enorme celosía de bambú que envuelve todo el conjunto por completo. Ese recubrimiento le aporta un aspecto sumamente original, nada que ver con las construcciones de ladrillo visto tan habituales en esos años 2000, esos años del desarrollismo urbanístico que parecían querer llenar de viviendas cada rincón libre. El cubrimiento de bambú, además de aportar al paisaje una original imagen, permite el control de los rayos de sol y dota al edificio de un aislamiento térmico, acústico y visual considerable, lo protege de la lluvia y el viento en invierno y de las altas temperaturas en verano. Cada vecino puede abrir o cerrar a voluntad, lo que le confiere un aspecto orgánico, vivo, cambiante.
Para incrementar la eficiencia energética, cuenta también con una instalación de energía solar térmica que produce agua caliente.
Fue galardonado en el año 2008 con uno de los premios a la excelencia en arquitectura concedidos por el Royal Institute of British Architects (RIBA). RIBA explicó que su decisión se debió “la fuerza de sus conceptos y la crudeza de su ejecución”.