El proyecto parte de la convicción de que, debido a la gran dimensión del futuro edificio, debe plantearse como una parte de la ciudad en sí. Por ello, se propuso una gran calle desde el que se relaciona todo el complejo de este hospital y que, al mismo tiempo, fuera distribuyendo diversos vestíbulos -miradores estratégicos hacia el paisaje rural y urbano- a varios niveles. Consisten en unos miradores terapéuticos que reconcilian cuerpos y espacios y proponen la complicidad de la mirada cruzada entre la ciudad histórica y la complejidad de programas de la ciudad contemporánea.
En lo que se refiere al funcionamiento, en el edificio se unen la racionalidad del programa funcional y la bondad y amabilidad de los espacios interiores. Para ello se ha propuesto una planta muy racional, estructurada en bandas de paquetes funcionales orientados al sur. Las principales ventajas de este esquema son el acortamiento de los recorridos, el asoleo de las habitaciones y el predominio de la horizontalidad del edificio frente a la comunicación vertical. La planta se organiza en torno a tres patios longitudinales, uno de los cuales estructurará los accesos generales del edificio, y los otros dos la organización de las plantas de habitaciones. El acceso principal conecta con la nueva calle creada en el interior y que, como un gran vestíbulo al aire libre, está reservada al ajetreo y al ruido: un espacio donde se sitúa el control de acceso y donde las personas ajenas al centro sanitario (familiares) aún no han entrado en el recinto cerrado y acondicionado del hospital.
Podría decirse que esta “calle pasador” es tanto un espacio exterior como interior, que estructura los dos grandes accesos del hospital. La racionalidad de la planta propuesta resulta muy eficaz. Una de las grandes apuestas ha sido que todas las habitaciones estén orientadas a sur, además de la racionalidad de los recorridos y la intimidad de los pacientes. Creemos que es aconsejable que la terapia médica esté acompañada con la de la naturaleza (en este caso, la posición solar), gracias a la orientación norte-sur del edificio; cualquier otra disposición de las habitaciones traería como consecuencia áreas de sombra, penumbra o sobrecalentamiento durante el verano.