Este edificio es parte de una propuesta para TRES CENTROS MUNICIPALES DE SALUD, idénticos, en tres lugares distintos de Madrid (USERA, SAN BLAS, VILLAVERDE) cuya característica común consistía en su falta de relevancia, ya que el edificio podía "existir"independientemente del emplazamiento.
Para acentuar el valor espacial interior se recurre a la idea lecorbuseriana de “conciliación de contrarios”. Se antepone la imagen hermética y pesada del exterior al espacio abierto y ligero del interior.
El programa del centro de salud se desarrolla de manera extensiva en una sola planta baja. Las distintas dependencias del programa se ordenan generando una parrilla ortogonal irregular poco densa, donde 13 patios se distribuyen al tresbolillo entre las estancias públicas y privadas siguiendo tres (no)-corredores paralelos. En oposición a este sistema ligero, atomizado por los patios, la fachada rotunda y pesada se concibe como una masa continua y ciega. La inexistencia de huecos en los paños verticales de la envolvente exterior hace que la relación interior-exterior del edificio se produzca verticalmente, casi con el firmamento. El corredor se disuelve, deja de existir como una estructura lineal de conexión tradicional, porque la ordenación alterna de espacios vacíos y estanciales de carácter público permite una relación débil entre las coordenadas “x” e “y” del espacio.
En el CMS San Blas, la idea de fachada rotunda y pesada se concibe como una masa continua y ciega de hormigón visto. Idea de pesadez que se refuerza con una textura rugosa formada por el encofrado de tablas de madera horizontales.
Las cualidades de transparencia y especulares del vidrio multiplican las visiones por simetría reflejada, así también las cualidades de reflexión de los paños verticales de azulejo azul colocado con juntas terciadas a modo de escama ayudan a producir un ambiente interior espacioso y luminoso, casi como si se introdujera el firmamento en el interior.