Situado en el centro histórico de Zamora, el teatro Ramos Carrión, inaugurado en 1916, es un edificio modernista que ha sufrido diversas vicisitudes a lo largo del siglo xx. Luego de un prolongado periodo de abandono, surgue la idea de convocar a concurso por parte del ayuntamiento de la ciudad en 1996 para rehabilitarlo y ampliarlo.
El teatro Ramos Carrión es un edificio que se planteó en su tiempo para conformar la calle y para ser una pieza representativa de la ciudad. La propuesta que se ha llevado a cabo trata de expandir su área de influencia hacia el Duero y la ribera de enfrente, así como hacia la calle lateral.
Por otro lado, se planteó el edificio como un objeto no acabado, cuya sala principal se escapa y fuga hacia atrás. El proyecto, concibe el programa como algo que puede variar a lo largo del tiempo, con la posibilidad de aumentar en tamaño si la necesidad lo requiere. El edificio está incrustado en un tejido urbano muy denso y flanqueado por calles estrechas, aunque en uno de sus lados goza de una ubicación estratégica sobre un jardín que mira hacia el río Duero.
La intervención patrimonial ha sido profunda, pues además de la consolidación de ciertos elementos como la fachada principal, se han construido varias piezas que complementan y fortalecen el conjunto. El edificio plantea una re-utilización de la imagen y los usos tradicionales. La antigua sala es ahora un contenedor susceptible de albergar conciertos, conferencias, encuentros, además de cine o teatro. Esta nueva versatilidad ha obligado a modificar la tramoya, que altera su posición como telón de fondo. Un nuevo espacio neutro ocupa el jardín, permitiendo su utilización como sala, aula, o incluso como salón de baile, mientras el resto de la planta baja se destina a área de exposiciones.