MUSEO DE BELLAS ARTES DE LILLE
Fue uno de los primeros museos construidos en Francia (1809), establecido por orden de Napoleón I a principio del siglo XIX como resultado de la popularización del arte. El Decreto Chaptal de 1801 seleccionaba quince ciudades francesas (entre ellas Lille) para recibir las obras incautadas de las iglesias y de los territorios ocupados por los ejércitos de la Francia revolucionaria.
En total, el museo ocupa 22.000 m² y cuenta con la segunda mayor colección de Francia después del Louvre. Entre sus esculturas, pinturas, dibujos, cerámicas y demás piezas de arte se incluyen obras de Rafael,Donatello, Van Dyck, Tissot, Jordaens, Rembrandt, Goya, El Greco, David, Corot, Courbet, Toulouse-Lautrec, Delacroix, Rubens, Rodin, Claudel y Jean Simeón Chardin.
Es representativo de una arquitectura solemne, basado en la masa, la sombra y la luz, proporciones majestuosas y bellas enfiladas. Reducido a la mitad, desde el primer momento, el edificio fue perdiendo capacidad de asumir colecciones nuevas volviéndose gradualmente inoperante.
A partir de 1997 se realiza una importante reforma al edificio original
El concepto detrás del proyecto de extensión es la de darle un sentido de normalidad al edificio. La demolición de las extensiones restablecieron diferentes conexiones, profundidades y perspectivas; las arcadas se despejaron.
El museo se construye literalmente como telón de fondo, al igual que una estructura esbelta que revela la escala inicial del proyecto original, que nunca se realizó. El exterior se incorpora en el museo. Esta visibilidad recién adquirida se convierte en una característica al hacer la fachada de la extensión en dos superficies verticales. La primera, hecha de vidrio transparente, con puntos de espejo y precisamente centrado en la geometría de las estructuras existentes, devuelve una imagen impresionista del museo de bellas artes. La reflexión que aquí actúa como interfaz entre la antigua y la nueva. La superficie del antiguo museo se refleja en la imagen de éste. El espejo incorpora la extensión en el diseño de las estructuras existentes. Un poco más atrás y paralela a la superficie son monocromos oro-en-rojo; oro y rojo, en referencia a las colecciones del museo. Entre las dos superficies verticales se encuentran los pasillos del edificio. Los visitantes, a medida que avanzan, se convierten en parte del diseño. Los bordes de la estructura de soporte están biselados como un marco; la estructura fuera curva, su superficie pulida de manera que se derrite en la luz. La transparencia revela la existencia del taller de restauración a la vista de todos. Al igual que en el enfoque tradicional, una representación de la obra se incluye en la propia obra. Aquí, la fachada indica la función del museo por el que materializa la idea de una pintura. Como una referencia al pasado, el reflejo todavía del edificio principal en el que se introduce el presente a través del movimiento de las nubes reflejadas en los espejos.