Chillida-Leku es la consecución de un sueño durante años anhelado por el autor: Crear un espacio a la medida de su obra donde esta pudiera ser permanentemente expuesta. Este museo monográfico es fiel muestra de la evolución y trayectoria escultórica del autor durante 50 años. En 1984, Eduardo Chillida compra la finca y de a poco va restaurando el caserío con el arquitecto Joaquín Montero. Mientras tanto Chillida-Leku se va convirtiendo en un conjunto escultórico, por lo que el artista pierde el deseo de vender las obras y comienza a coleccionarlas en el lugar.
En Chillida-Leku se puede disfrutar la obra de este artista universal en toda su magnitud. El recinto consta de 3 áreas definidas. El jardín de 12 hectáreas dominado por hayas robles y magnolios en el que se encuentran más de 40 esculturas. La zona de servicios, dotada de un auditorio donde poder ver imágenes del artista en su trabajo, una zona de descanso y una tienda. Y, por último, como pieza central del museo, el caserío Zabalaga que alberga las obras de menor formato realizadas en acero corten, alabastro, granito, terracota, yeso, madera o papel.
Chillida-Leku es un espacio escultórico en sí mismo, una obra más del autor donde se plasma de modo perfecto su visión de la forma, el espacio y el tiempo acumulado. Las preguntas de Chillida se convierten en respuestas en el recorrido del visitante.