Para el arquitecto italiano Franco Purini se pueden distinguir al menos cinco fases en la carrera de Eisenman: la primera va de la Casa I a Cannaregio (1978) y puede verse como la transición de la autonomía al descubrimiento del contexto; la segunda fase incluye Berlín IBA Housing, y el Wexner Center y se caracteriza por el uso del tiempo como material arquitectónico; la tercera fase incluye su producción de fines de 1980 hasta Max Reinhardt House (1992) y se basa en el uso de computadoras y el interés en la biología (ver Biocentrum en Frankfurt, o el edificio de Nunotani Corporation); a comienzos de 1990 Eisenman parecía más preocupado por los aspectos performativos de su arquitectura, por lo que su cuarta fase se caracteriza por la extrema heterogeneidad de sus proyectos, donde los códigos sintácticos son siempre diferentes, y por el diálogo constante entre el exoesqueleto y el endoesqueleto; en la última y actual fase Eisenman está más interesado en la construcción que en la teoría. Y en algunos proyectos, como la Ciudad de la Cultura en Santiago o el Memorial del Holocausto de Berlín, separa la forma de su soporte estructural, y tanto la “concha” de Santiago de Compostela de cualquier connotación tectónica.
Según el propio Eisenman: aquí estaba buscando
“esas condiciones en la arquitectura que son como la música en la película, que son secundarias. Esto es muy diferente de la lingüística porque estoy buscando ahora dentro de la arquitectura para descubrir cómo la arquitectura se comunica a un nivel inferior al primario, a una forma más somática y aperceptiva. Ya sabes, los ambientes tienen un efecto, como esta habitación: miramos la habitación y tal vez no dice nada. Podemos usarlo, todavía funciona, podemos sentarnos, podemos hablar, podemos ver.”
Concomitantemente, Stephano Corbo en su libro From Formalism to Weak Form afirma: “Los diagramas en el proceso de diseño de Eisenman han tenido como objetivo el mapeo de una serie de inventos terrestres (como en Cannaregio), a través de un proceso de superposición. La superposición es diferente de la idea de superimposición de Deleuze, porque no hay terreno originario: la figura y el suelo son intercambiables. Entonces, Eisenman consideró su proyecto en Berlín como la evolución de su idea de autonomía, ya que reemplazó la superposición con la interacción. En su opinión, en lugar de superponer capas diferentes, el Memorial se basó en la interacción entre ellos.” La memoria no es nostalgia para conmemorar el pasado; por el contrario, la memoria es algo presente, vivo… un factor activo en la relectura de la historia.
En la misma línea, Eran Neuman sentencia que “La configuración no simbólica del Memorial, el hecho mismo de que no se refiera a ningún simbolismo relacionado directamente con el Holocausto, permite asociar el monumento con significados múltiples” Esta visión es coincidente con lo expuesto por el propio arquitecto: “El mundo está lleno de información y aquí hay un lugar sin información” Por ende, No hay nada simbólico, se ha reducido todo a pura presencia. Para Eisenman, como miembro de la colectividad judía, este memorial no debía apelar a la culpa, sino a la vida en el marco de una sociedad abierta (Karl Popper dixit).
El crítico español Luis Fernández Galiano resume con audacia esta tensión: “Monumento y plaza, figura y fondo, este cruce entre la escultura y el paisaje es en realidad una instalación excavada, arquitectónica y urbana, que somete al espectador a la desorientación y al extravío”.
Reseña: Pablo Canén, 2018.
Referencias:
CORBO, Stephano. From Formalism to Weak Form: The Architecture and Philosophy of Peter Eisenman. 2014
NEUMAN, Eran. Shoah Presence: Architectural Representations of the Holocaust. Studies in Architecture. Peter Eisenman: Building Germany's Holocaust Memorial. Disponible en: https://vimeo.com/ondemand/eisenmanmemorial
La memoria y sus laberintos Berlín rinde homenaje a los judíos asesinados con un monumento diseñado por Peter Eisenman. Por LUIS FERNÁNDEZ-GALIANO Madrid 10 MAY 2005. Disponible en: http://elpais.com/diario/2005/05/10/cultura/1115676001_850215.html