Se trata de resaltar la esquina históricamente importante (entonces contra el muro) a través de un edificio contemporáneo e inserto en una manzana tradicional.
Adquiere diferentes dificultades por encontrarse contra el muro, en el momento en que se construyó. La estrategia para desarrollar este emplazamiento fue doble: primero, exponer su historia y sus recuerdos; segundo, reconocer que Berlín fue la encrucijada de todos los lugares y de ninguno al mismo tiempo. Conmemorar un lugar y negar la eficacia de esa memoria.
Fuente: Guía 2015