La iglesia busca mantener las características de la plaza en la cual se inserta, dominada por una importante formación rocosa. El concepto que da origen al proyecto es el de entender a la propia roca como iglesia. Así, la excavación en la roca da lugar al espacio interior. La sala principal se encuentra a nivel de calle, de forma de generar un pasaje fluido y sin obstáculos desde el exterior. El interior se define a partir de las paredes sin labrar de la roca, lo cual le otorga excelente capacidad acústica. Se trata de un espacio calmo e introvertido que se abre hacia el cielo a través de una cubierta en forma de domo construida a partir de una estructura de vigas de hormigón, vidrio y cobre.