Este edificio de estilo Beaux-Arts, verdadera obra maestra de urbanismo, alberga una de las principales estaciones de Nueva York y desde su construcción se convirtió en un símbolo de la ciudad.
El Gran vestíbulo abierto, con enormes ventanas por las que se precipita la luz, tiene las dimensiones de una catedral; mide 114 m de largo por 36 m de ancho y 38 m de alto (el equivalente a un edificio de 12 pisos). El techo abovedado está adornado con los signos del zodiaco; una de las curiosidades menos conocidas es que por error el orden de los signos se invirtió.
Ante el reloj de bronce y ónice de la oficina central de información punto tradicional de encuentro de los neoyorquinos, desfilan oleadas continuas de viajeros.
Las rampas que conducen a las vías están bordeadas por numerosas tiendas y el interior se adorna con esculturas y otras formas de arte. Durante la reciente remodelación se ha añadido una escalera de mármol en el lado Este del gran vestíbulo y está prevista la construcción de 100 nuevas tiendas. La terminal está comunicada subterráneamente con muchos edificios de la zona. Su frontón está adornado con un inmenso reloj de 4 m y la escultura de Jules FelixCoutan. “Transportation” (1914). Que representa, la figura de Mercurio (dios del comercio), flanqueado por Hércules (dios de la fuerza física) y Minerva (diosa de la energía intelectual). Bajo la escultura hay una estatua de bronce (1869) de Cornelius Vanderbilt.