La antigua ciudad de Newcastle recibe su nombre de un castillo construido en 1080 por el duque Robert Curthose, hijo mayor de Guillermo el Conquistador. La torre es todo lo que queda de su sucesor del siglo XII y es un buen ejemplo de torre Normada.
Originalmente fue construida en madera y en el siglo XII Enrique II la reconstruyó en piedra, entre 1168 y 1178, así se mantiene hasta la fecha. Sin embargo, algunas partes, como por ejemplo el techo y las almenas, son adiciones del siglo XIX. El muro de la ciudad fue completado a mediados del siglo XIV dejando al castillo aislado. Hacia 1589 se lo describía como viejo y ruinoso.
Estudios arqueológicos en el lugar muestran actividad prehistórica, y desde mediados del siglo II hasta principios del siglo V se edifico el fuerte romano Pons Aelus que vigilaba el cruce de agua. Desde el siglo VIII el fuerte fue usado como cementerio cristiano. Dentro de la torre se puede visitar la Capilla Normanda, el Public Hall y dos suites que fueron en su momento alojamientos reales. También se puede salir a la azotea y disfrutar de un panorama de la ciudad, con vista al río.