En la vida de Le Corbusier se distinguen dos tendencias antagónicas, una encaminada a la creación de tipologías universales aptas para aplicarse en cualquier lugar y otra a la formulación de respuestas especificas al entorno. El emplazamiento de Ronchamp inspiro el proyecto.
La capilla se levanto sobre los restos de una iglesia gótica destruida en la Segunda Guerra Mundial aprovechando para sus muros los sillares de la misma. La solución formal aplicada en Ronchamp constituye una suerte de acrópolis personal fundada sobre las peculiaridades del emplazamiento, y el sentido que Le Corbusier poseía de lo sagrado. La procesión “partenonica” arranca al pie de la colina y pasa por un altozano artificial en el que debe cruzarse una puerta antes de llegar al propileo formado por un albergue juvenil y la casa parroquial.
El templo se ve en escorzo, igual que los templos griegos, lo que fuerza al peregrino a rodearlo. Las campanas, frente a la fuente, semejan la expresión literal de un entorno natural acústico; el propósito de Le Corbusier era programar su toque para que se escuchara música moderna de Edgar Varese. La procesión termina a la puerta de la celia; en Ronchamp, este desenlace se produce en el que es punto clave para los peregrinos, es decir, el altar al aire libre. Los muros, oclusivos, ataluzados y gruesos, traen a la mente las iglesias románicas y algunas construcciones autóctonas del área mediterránea como las mezquitas norteafricanas del M’zab que visitara en el pasado. Los altares del interior iluminados cenitalmente son similares a cuevas, si bien la fuente directa de inspiración se encuentra en las cámaras del Serapeum de la Villa de Adriano. Le Corbusier comparo la cubierta con una concha recogida en la playa de Long Island. La ausencia de mar en Ronchamp se enfatiza mediante el estanque, la cubierta-concha y la inscripción que se lee en uno de los vitrales. El muro oeste se ondula como las olas dando a entender que aquel espacio oscuro tiene cierta relación con el agua. El muro del altar, llamado también de la constelación por el cúmulo de pequeños huecos que lo perforan, lleva a asociar el interior con el cielo. La Capilla (como, todas las construcciones de Le Corbusier) esta trazada según el Modulor.