La vivienda adopta una tensión compositiva poco habitual, diagonal y prevalentemente simétrica. El nivel inferior se materializa en hormigón y el superior en madera. Un cuerpo de doble altura central ancla la composición exterior y focaliza el espacio interior en torno al estar junto a la estufa a leña. La ventana en ángulo es repropuesta ahora en consonancia con el orden geométrico elegido. En el interior, al igual que en su vivienda, todo el equipamiento fijo y móvil ha sido abordado integral y conjuntamente con el proyecto de la envolvente arquitectónica.
El proyecto comparte la experimentación tecnológica iniciada con su casa propia. En este caso la vivienda se construye a partir de la invención de encofrados (solución que será luego replicada en las viviendas de Pueblo Ribera, en San Diego).
Texto: Aníbal Parodi Rebella