Este edificio reconoce complejidades y contradicciones: es complejo y simple, abierto y cerrado, grande y pequeño; algunos de sus elementos son buenos en un nivel y malo en otro; su orden acomoda los elementos genéricos de la casa en general, y los elementos circunstanciales de una casa en particular.
El espacio interior, tal como se ven en planta y sección, en complejo en sus formas y relaciones cruzadas. La fachada, en sus combinaciones convencionales de puerta, ventanas, chimenea y aguilón, crea una imagen casi simbólica de una casa.
Su planimetría pued eentenderse como originalmente simétrica. Desde el volumen vertical central, radian dos paredes diagonales casi simétricas que separan dos espacios hacia atrás, y uno mayor hacia adelante. La simetría se tuerce entonces para acomodar a las necesidades particulares de los espacios: la cocina en el derecho, por ejemplo, varía de la alcoba en la izquierda. Dos elemento verticales, la chimenea y la escalera, compiten por la posición central. Y cada uno de estos elementos, uno esencialmente el sólido, el otro esencialmente vacío, comprometidos en su forma y posición, se tuercen para hacer una unidad de la dualidad del centro que ellos constituyen.