Edificio del año 5 d. de C., dedicado a Cayo y Lucio César; único templo del mundo que se mantiene en tan perfectas condiciones.
Es un sólido edificio cuadrangular (de ahí el nombre de Maison Carrée o casa cuadrada, utilizado desde el siglo XVI), que imitó el templo de Apolo de Roma, donde sobresale la estructura armoniosa.
La fachada presenta una amplia escalinata que permite acceder al podio, sobre el que se levantan las seis columnas vigorosas, acanaladas, coronadas por capiteles corintios y un frontón.
El templo era un elemento fundamental del foro, zona pública de la que aún se ven restos de la columnata del pórtico, en la misma plaza en la que se halla el excelente edificio.
Subiendo los 15 peldaños de la escalinata se llega al pórtico que precede a la cella donde se rendía culto a las divinidades, ahora dedicada a mostrar elementos vinculados al pasado romano del lugar.