El aeropuerto Stansted rompe con todas las reglas de diseño en terminales aéreas. Presenta un grado de claridad que se consigue ocultando en el subsuelo todos los servicios que normalmente se hallan a nivel del techo.
Toda la distribución de servicios se encuentra dentro de los troncos de los “árboles” estructurales que se elevan desde el subsuelo y soportan el peso del techo liviano. La inserción en el paisaje es ideal: el perfil bajo y la cubierta suavemente ondulada son muestras de la relación armónica que se puede conseguir entre arquitectura y naturaleza.
La solución tecnológica es espectacular, pero no barroca: es un edificio de la más alta tecnología y sin embargo no se ve un solo tubo. Pero sin duda alguna lo más impresionante de este magnífico edificio es la luz. Cuando se entra, el visitante tiene la impresión de estar casi al aire libre, pero protegido de las inclemencias del tiempo por un invisible manto protector.
Siendo energéticamente eficiente, ambientalmente discreto dentro de su entorno rural, tecnológicamente avanzado y a la vez increíblemente simple de utilizar, Stansted se ha convertido en un modelo de aeropuertos con marca de diseño a nivel internacional.