The High Line es una intervención de gran jardín lineal, donde la obra se basa en recrear los antiguos enlaces y líneas férreas, con grandes jardines florales y pequeñas pausas más acotadas.
La inserción de este nuevo parque en altura, es parte del proyecto de reactivación del borde oeste de la Bahía de Manhattan.
The High Line es un viaducto elevado de ferrocarriles de carga construida en los años 30 al oeste del centro de Manhattan. Lo más llamativo e impactante de este antiguo viaducto, fue su inserción dentro de la trama urbana, emplazándose en una zona de intensa densificación, atravesado edificios y circulando sobre el nivel de la calle. A su vez, este viaducto se perfilaba como el medio de transporte por excelencia del desarrollo industrial del oeste de Manhattan.
En los años 60, por problemas económicos el tren de la High Line cerró por completo y en los años 80s el viaducto fue prácticamente cercenado tras el crecimiento de la mancha urbana y el desarrollo de nuevos barrios.
En los años 90 la empresa insigne de dicha obra vende la infraestructura al metro de la ciudad en donde al igual que décadas anteriores este vuelve a caer en desuso producto de los altos costos de manutención y operación, sin dejar de lado las externalidades negativas que el ruidoso tranvía generaba causando bajas en los precios de suelo además de fallas estructurales en las edificaciones adyacentes.
Con el impulso de una organización ciudadana, Friends of the High Line, se logró recuperar este antigua infraestructura, evitando su demolición, transformándola en un proyecto insigne de recuperación urbana a través de un concurso de ideas en 2004, el cual obtuvo el primer premio Diller Scofidio + Renfro.