El edificio propone un vacío interno que está reservado a la actividad comercial.
Al sur, resaltan la luz y la transparencia, logradas a través de un espejo de agua junto a la gran pared de vidrio serigrafiado, que produce un juego de reflejos.
La fachada es un entramado metálico fuertemente caracterizado. La continuidad de este contrarresta la disposición dinámica, cargando de tensión al volumen.