La estructura del Estadio Olímpico de Munich, diseñada por Frei Otto y Behnisch, evoca plásticamente la historia nómada de los Juegos Olímpicos. Además los arquitectos consiguieron insertar el conjunto dentro del paisaje. Para sostener la estructura se necesitaron grandes tubos de acero y aunque se resolvieron grandes problemas técnicos, no se pudo obtener el completo aislamiento térmico. El sistema de cubrimiento estaba formado por una serie de cables que abarcaban la superficie del campo, permitían tapar hasta medio estadio manteniendo bien tensa una tela plástica transparente, unida a una estructura primaria muy resistente.
Este techo estaba formado por cables que variaban entre 440 metros y 65 metros de largo, que cubrían 34.000 metros cuadrados, y mantenían sostenida en el aire una tela; todo esto unido a los anclajes laterales de mástiles tubulares de acero. Todas las instalaciones se construyeron sobre una colina formada con escombros amontonados por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Este proyecto fue desarrollado únicamente por Frei Otto. Fue él quién desarrolló como iba configurar la disposición, aplicar y traducir las pruebas realizadas a este proyecto tan revolucionario, ya que fue el primer estadio cubierto del mundo. Muchos aspectos de su construcción los ejecutó y determinó, junto a algunos ayudantes, pero exigió que la cubierta superior estuviera formada por paneles de plástico para realizar plenamente su concepto de estructura, algo que nos daba un ejemplo de lo ingenioso de Frei Otto para utilizar la extensión de una membrana flexible entre los mástiles distribuidos por todo el perfil del estadio.