Construida a finales de los sesenta como campus científico para 30.000 estudiantes por Edouard Albert, la Universidad de Jussieu es una gigantesca raviolera, o aquello que van Eyck llamaba “laberinto organizado”, continuadora de las consignas de etapabilidad y flexibilidad derivadas del Team X. El uso de paneles de amianto-cemento, entonces habitual, ha condenado al proyecto a un costoso proceso de desamiantizacion en curso.