Fue la primer obra “cubista” diseñada por Gocár; muestra formas tradicionales y novedosas. Está situado en la confluencia de dos calles de carácter sensiblemente diferente y enlaza hábilmente los repertorios visuales de ambas. La composición parece responder a los tipos tradicionales, a todos los niveles; desde el conjunto hasta los detalles como la entrada y las escaleras.
Sin embargo el vocabulario formal es intencionalmente no tradicional.