Es una de las plazas más bellas del mundo. Trazada en forma de abanico, presenta una ligera inclinación; el pavimento de ladrillo está rodeado de un anillo de piedra. En la base, y combinando también la piedra y el ladrillo, se despliega la fachada del Palazzo Pubblico, de la que irradian ocho líneas blancas que dividen el Campo en nueve partes. Esta división simbólica recuerda a uno de los gobiernos de Siena, constituido por nueve miembros procedentes de la pequeña burguesía de artesanos y banqueros, gracias a cuya colaboración la ciudad alcanzó su máximo esplendor desde finales del S. XIII hasta mediados del S. XIV. En la parte superior de la plaza se halla la Fonte Gaia (fuente de la alegría), que recibió este nombre por la buena acogida que tuvo en el momento de su inauguración en 1348 (en aquella época las fuentes eran una manifestación del poder de las ciudades).
En 1419 se le añadieron los paneles esculpidos por Jacopo Dela Quercia; los que ahora vemos son copias que sustituyeron a los originales seriamente deteriorados.
En la Piazza del Campo se celebra dos veces al año el célebre Palio delle Contrade.
Durante varias semanas la ciudad participa en la preparación de esta fiesta, que refleja en su organización la administración medieval de la ciudad, dividida en tres grandes barrios que se subdividen a su vez en “contrade” o parroquias. El enfrentamiento entre parroquias comienza al término de una carrera llena de colorido; montando a pelo, los jinetes cabalgan a toda velocidad alrededor de la plaza en una prueba de pocos minutos en la que todo está permitido. Además de animar a su favorito, los espectadores entrecruzan apuestas. El vencedor recibe como premio el “palio”, un estandarte con la imagen de la Virgen protectora de la ciudad en cuyo honor se celebra la prueba.