Gardella sintetizó en este imponente volumen su reflexión sobre la relación entre lugar e historia, proyectando una nueva silueta urbana para Génova. Sobre el desnivel de casi 20 metros de la colina de Castelo Gardella apoya un único volumen de 79 metros de longitud y doce de ancho sin pilares interiores, apoyado sobre otros dos volúmenes inferiores que se contraponen al primero por su carácter más articulado y cuyo diseño viene determinado por las dimensiones del lugar.
La escala monumental del edificio se articula con terrazas, basamentos, rampas y escalinatas que dialogan con los numerosos modos con los que la ciudad de Génova se enfrenta a su particular geografía.