El complejo, a modo de parque-monumento, se ubica cerca de donde cayó la bomba atómica. Con el diseño del museo del Memorial, Tange inaugura la corriente de la arquitectura japonesa de postguerra que logró sintetizar las influencias de Le Corbusier con la arquitectura tradicional del Japón. Llama la atención el contraste entre la impronta francamente moderna de los edificios y el trazado “afrancesado” del parque.