Piazza del Campidoglio

MIGUEL ÁNGEL

El proyecto mediante la incorporación de nuevos elementos transforma al desordenado conjunto del Campidoglio en un todo orgánico y armónico. En primera instancia se construye un nuevo palacio ubicado sobre el lado oeste de la colina, el palacio Nuevo se proyecta simplemente como un pórtico con oficinas; el patio interior actual es una adición del siglo XVII.

Los dos palacios existentes formaban un ángulo de 80º, esto obligó a Miguel Angel a utilizar una planta trapezoidal desarrollando a partir de esta figura geométrica los demás elementos del proyecto.

El eje de acceso principal a la plaza, sobre cual esta ubicada la estatua de Marco Aurelio es reforzado con la incorporación al palacio Senatorio de un canpanille y la doble escalera que ocupa un espacio mínimo en la plaza dando acceso directo al piano novile sirve de marco perfecto para la ubicación de las estatuas de los dioses fluviales que antes estaban ubicadas en le palacio de los Conservadores. La forma dinámica del triángulo enlaza fuertemente las tres fachadas, disimulando la diferencia de altura; la escalera tapa en su mayor parte la planta inferior, por lo que la fachada no se ajusta a las tres plantas de la tradición florentina, el palacio adopta entonces una estructura de dos plantas, como los palacios laterales, haciendo posible armonizar la composición mediante el empleo en los tres palacios de un orden gigante de pilastras, con una pesada cornisa y balaustrada de coronación, dentro de esta sintaxis el palacio Senatorio se distingue además por el tratamiento de los huecos.

El baldaquino sobre la plataforma superior desvía los acentos angulares de la escalera hacia el eje central y recuerda la forma del campanille que surge sobre la cubierta. El óvalo utilizado en el pavimento de la plaza reúne en una sola forma los principios de axialidad y centralidad, con su potente dibujo en forma de estrella, es una de las creaciones más imaginativas del Renacimiento; enmarcada por un anillo de tres escalones que bajan hacia su contorno, algo mas bajo, se vuelve a elevar formando una suave cúpula hasta llegar en su centro al nivel de la plaza. Mediante tres concavidades realizadas en el anillo escalonado se sugiere al observador que accede desde la cordonata la expansión de la plaza hacia la zona posterior, presentándole simultáneamente las dos opciones para subir al palacio Senatorio.

La existencia de trayectorias alternativas produce una ambigüedad anticlasica: al entrar el observador en la plaza y después al Palacio Senatorio siguiendo el eje, su avance directo queda impedido, primero, por la estatua y luego por los accesos a la doble escalera. No solo se le fuerza a elegir entre dos caminos igualmente validos, sino que se le distrae por medio de un potente pavimento estrellado que le sugiere otros movimientos, a lo largo de trayectorias curvilíneas, centrípetas, y centrifugas. Por lo tanto, el espectador se implica fuertemente en el contexto arquitectónico de un modo insólito hasta entonces en le urbanismo renacentista