Con veinte siglos de existencia el Puente Romano ha sufrido muchas destrucciones y reformas, quedando de la construcción original sólo los sillares y los arcos 14 y 15 comenzando a contar desde la Puerta. El puente se levantó con dieciséis arcos apoyados en contrafuertes coronados por medios conos, sobre tajamares angulares para cortar la corriente de agua.