El diseño emerge de una superposición de tres capas de información: la planta urbana de la Santiago medieval, el mapa topográfico del Monte Gaiás y una grilla cartesiana 3D. En este manto calado en varias partes, fondo y figura, llenos y vacíos se funden en una composición ambigua y paradójica que parece conectar los dos extremos: la espontaneidad y el racionalismo absoluto.