El proyecto implicaba la reforma de las fachadas, escaleras, y piso principal de una casa ubicada entre medianeras típica del Ensanche.
Apoteosis del Gaudí escultor, la obra entera es tratada plásticamente, transformando tanto huecos (agujeros informes en el piso principal que parecen cavernas), como soportes (analogía con huesos integrados en un paisaje imaginario), y cubiertas (libre interpretación de fundamento onírico).
La fachada principal ondulante se resuelve mediante un juego de balcones y tribunas que destruye todo límite entre exterior e interior.
La ruptura del plano de fachada es enfatizada por una policromía brillante resultado de la colaboración de Gaudí con Jujol.