Una boutique de calzado en los Países Bajos, con tres tiendas de zapatos en Amsterdam, tan popular por su calzado como por sus locales. Los 375m2 de la tienda están inundados con una decoración de baja iluminación, enfocándola a los módulos blancos de plástico que exhiben los zapatos, botas y bolsos. El fondo de estos módulos -de forma también irregularestá retroiluminado con una luz que puede cambiar de color, aportando con ello una interesante variable a este diseño interior. La parte central del espacio está ocupada por algunas vitrinas y bancos de plástico blanco, siguiendo el estilo orgánico del resto, en contraste con el mueble recubierto de terciopelo negro de la caja. Techos de espejo, y un suelo con un alto grado de reflexión, hacen el resto.