El palacio que Cosme el Viejo se hizo construir como residencia señorial es obra de Michelozzo, quien construyó el núcleo original, con una fachada más estrecha que la actual, entre 1444 y 1460.
En 1517 el porche de la planta baja fue cegado, agregándose entonces las ventanas con frontón que se atribuyen a Miguel Ángel.
En el siglo XVII el palacio pasó a manos de la familia Riccardi, que hizo ensanchar la fachada y ampliar el cuerpo interno de la construcción alterando así el proyecto inicial. El edificio se presenta como una recia construcción con almohadillado rústico en la planta baja, donde resaltan las arcadas de almohadillado redondeado; por encima de las cornisas clásicas, Michelozzo ideó los pisos superiores con superficies progresivamente más pulidas. El primer piso tiene un almohadillado redondeado y el segundo posee sillares lisos y perfectamente ensamblados.
Un cornisamiento de acentuado gusto clásico corona el edificio.