Se trata de la última expansión a gran escala que ha tenido Ámsterdam. Es un ejemplo práctico del planeamiento urbano promovido por los CIAM, que ha fracasado debido a múltiples problemas sociales generados. .
Entre 1968 y 1975 se construyeron 13.000 viviendas en 31 grandes bloques (de entre 300 a 500 viviendas cada uno), de 10 metros de altura y 200 a 300 metros de largo. Las idénticas tiras de alta densidad posicionadas según patrones de panal de abeja responden a los postulados del CIAM, así como la separación de funciones, los amplios espacios entre bloques, el parque a gran escala como paisaje, la separación de la circulación peatonal de la vehícular mediante calles elevadas, entre otros.
Sin embargo, poco después de su realización comenzaron los problemas y se multiplicaron en las siguientes décadas: protestas contra los altos alquileres, mal comportamiento de algunos residentes, imagen negativa de los edificios en los medios, y heterogeneidad cultural sin integración.
A estos problemas se sumo el carácter inacabado del barrio. Muchas ideas y dotaciones previstas, como supermercados y espacios para el deporte y recreo no fueron realizadas debido a la falta de financiación. Otras, como el transporte público, fueron construídas demasiado tarde. El Bijlmermeer se convirtió, en vez de un barrio con un nivel de dotaciones aceptable, en una ciudad satélite de Amsterdam sin una buena comunicación con su centro.
En 1983 se elabora un programa de rehabilitación con objeto de adaptar y mejorar la espacialidad existente. La llegada del metro y la instalación de servicios públicos empieza a mejorar la zona. También se consolida la gerencia del barrio, realizando mejoras en los edificios, cerrando caminos y mejorando la seguridad, entre otros.
A pesar de las primeras transformaciones, el Bijmermeer no mejoraba su posición en el mercado inmobiliario, por lo que, a partir de 1992, se establecen nuevos planes que incluyeron la demolición de un cuarto de las viviendas construidas, también se trato el espacio entre bloques incluyendo variedad funcional en ellos,
Las transformaciones continúan hasta hoy en día, así como la demolición de bloques, que si bien no resulta la opción más sostenible, es la que los ciudadanos apoyan.