El paisaje ondulado de Suvikumpu está interrumpido puntualmente por rocas que formaron parte de posiciones fortificadas durante la Segunda Guerra Mundial. El proyecto se construyó en tres fases a lo largo de dos décadas. “La disposición de la masa de los edificios es isomórfico con las formas topográficas del solar. La masa es interrumpida como una erosionada e irregular roca. Es una danza entre la “tesis” y la “antítesis”, tomando prestada una imagen de Alius Blomstedt.”