El edificio se destaca como elemento flotante en los jardines y canales de Xochimilco. Su destacado diseño estructural generado a partir de la intersección de cuatro paraboloides hiperbólicos, permite cubrir grandes luces generando a una gran sala cubierta principal de planta libre. Este espacio se cierra con vanos vidriados de perfilería metálica. El cálculo estructural permitió concentrar las descargas en los apoyos del borde exterior de los paraboloides, provocando la sensación de leves cubiertas que flotan sin tocar el piso.