Capilla Santa Susana

Antonio BONET
  • Dirección: BURGUEÑO, ZENON
  • Fechas inicio-fin: 1952-1962 (proyecto) -1962-1966 (construcción)
  • Programas: CAPILLA

Tomado de: Méndez, Mary. Divinas Piedras Arquitectura y catolicismo en Uruguay, 1950-1965. Montevideo: Universidad de la República, 2016. [Resumen de la autora]

La pequeña capilla ubicada a 60 km al noreste de Montevideo es el único edificio con destino religioso que construyó el arquitecto catalán Antoni Bonet. Motivos económicos y otros nunca conocidos determinaron la paralización de la obra en 1966; no fue terminada y por tanto, no llegó a consagrarse.

La construcción fue financiada por Luisa Blanco Acevedo, viuda de Francisco Soca y benefactora del pueblo, pocos años después de la trágica muerte de su única hija. Susana Soca fue una poeta que dedicó su vida al mundo literario y que comenzó a editar una revista cultural mientras residía en Francia; los Cahiers de la Licorne vieron la luz por primera vez en París en 1947 y continuaron como Entregas de La Licorne en Montevideo a partir de 1953. Fue en París donde estableció estrechos vínculos con los religiosos franceses, en particular con Marie-Alain Couturier, el fraile que promovía las obras de los artistas de vanguardia y que apoyaría en la década del 50 la arquitectura religiosa de Le Corbusier.

La escritora regresó a Uruguay en 1948 y es posible que, en un intento de emulación del dominico, contratara al arquitecto, en ese entonces ocupado en Portezuelo, para proyectar una moderna capilla en memoria de su padre. Pudo haber sido así. Sin embargo esto es refutado por la ausencia de alusiones al singular proyecto en la revista que ella dirigía, por los documentos conservados, fechados luego de ocurrida su muerte en 1959, y más aun, por una estructura idéntica a la de Soca, diseñada por Bonet en 1952, para alojar el espacio religioso del complejo habitacional de la Textil Oeste de San Justo, en Buenos Aires, a pedido del industrial judío Carlos Levin.

El edificio irrumpe al término de la planta urbana, al final de la calle, y se implanta perpendicularmente a ella según el eje norte-sur. Se apoya por medio de un zócalo continuo sobre un suelo limpio, liso y sin accidentes. Una perfecta geometría comanda todo el diseño. La planta fue pensada como un rectángulo de 24 x 12 metros que adquiere la forma de cruz latina al emerger espacialmente mediante un entramado de pilares inclinados que determinan crucero y ábside.

La nave se divide en dos cuadrados y en el cruce de las diagonales del segundo se debía ubicar el presbiterio, una plataforma apenas elevada de 4 metros de lado por debajo de la cual está la sacristía. A ella se accede por una escalera que quedaría oculta de los fieles por el altar. Suspendida sobre él estaba prevista la colocación de una gran cruz de hierro forjado con engarce de piedras de cuarzo, hacia la izquierda un confesionario de planta cuadrada y a la derecha, un cono invertido haría las veces de pila bautismal.

La envolvente se define por 16 triángulos equiláteros de 12 metros de lado, doce de ellos forman la cubierta y están compuestos por 25 triángulos equiláteros de 1,70 metros de lado, divididos a su vez en 9 triángulos también equiláteros de aproximadamente 35 cm que alojan vidrios de colores. Otros 4 triángulos ofician de testeros y cierran el ingreso, crucero y el ábside. Alojan los signos y las frases en latín de compleja tipografía que fueron realizados por el artista plástico valenciano Ricardo Bastid, sobre los diseños de Bonet.

El ingreso se realiza por la fachada norte a través de un hueco de 2,40 metros de altura, otro triángulo equilátero que adquiere aspecto trapezoidal al incluir el zócalo. A la izquierda de la entrada se colocó el baptisterio, una pequeña pila de hormigón que atraviesa virtualmente el muro y alude al rito por el cual se participa de la Iglesia Católica, un signo apoyado redundantemente por la frase per baptismum ingresimur in eccleciam.  Del lado interior, el pilón y las palabras refieren al otro sacramento de iniciación, el Orden Sagrado, por el cual son investidos los sacerdotes. Este tímpano está dedicado a Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad, simbolizado por una cruz griega colocada sobre la puerta y por el Crismón del interior.

En el crucero, el testero orientado al este está dedicado a Dios Padre. Interiormente el signo se compone de un círculo central y dos triángulos a los lados. Por debajo, las palabras que nombran los doce atributos de la divinidad se organizaron también según un patrón triangular. Del lado exterior las letras alfa y omega, agregadas sobre el mismo elemento, indican que Cristo es el principio y el fin en donde se origina y culmina la historia.

La cara oeste se dedicó al Espíritu, representado en el interior por una geométrica figura de paloma y sus siete dones. Afuera una figura similar se apoya sobre un círculo con las palabras que traducidas dicen Espíritu Santo, inflama al mundo.

Sobre la pared del fondo que hace las veces de ábside, el signo se define por un triángulo equilátero que alberga las tres representaciones de las personas divinas usadas en los otros tímpanos, aunque levemente transformadas. La palabra “María” es legible en ciclo continuo, obtenido al desfasar las placas prefabricadas adosadas a los tímpanos.

La capilla es parte de un conjunto mayor que incorporaba el exterior para procesiones y otras ceremonias. En la zona posterior del predio se definió un muro de 36 metros de largo como soporte de un Vía Crucis que nunca llegó a realizarse, pero que Bonet pensaba fabricar en Madrid. Las catorce estaciones fueron dibujadas por el arquitecto siguiendo el simbolismo que comanda toda la composición del edificio.

La construcción fue iniciada a mediados de 1962; en marzo de 1963 la iglesia tenía el techo terminado y en mayo se comenzó la construcción de las cuatro caras macizas. Fue en esta etapa, en junio o julio, que Bonet recorrió la obra por última vez. No pudo contemplar el efecto final producido por la luz filtrada a través de los vidrios a los que le había concedido tanta importancia. Las 2.900 piezas violetas, verdes y ocre-naranja fueron compradas en Barcelona y es probable que hayan sido colocadas recién en 1966.

Cuando lo entrevistaron en 1978 Bonet afirmaba que en Soca había deseado crear un espacio imaginativo, una cristalera gótica donde el color envolviera enteramente al hombre. No vio el resultado pero ciertamente obtuvo el impacto buscado, ya que el interior presenta indudables referencias medievales. La luz se descompone por efecto de los cristales polícromos generando impresiones variables sobre la tracería estructural, recordando no tan lejanamente al tardío gótico flamígero.


Tomado de: Declaración de Monumento Histórico Nacional. Resolución Nº 725/014. Disponible en:

http://www.impo.com.uy/bases/resoluciones/725-2014/1

VISTO: La gestión formulada por la Comisión Honoraria del Patrimonio Histórico del Departamento de Canelones a través de su Presidenta, la Profesora Elena Pareja de Carámbula para que se declare Monumento Histórico Nacional la obra de arquitectura conocida como la "Iglesia de Soca" autoría del arquitecto catalán Antonio Bonet, ubicada en la ciudad de Soca.

RESULTANDO: I) Que la "Iglesia de Soca" se trata de una muy singular y relevante construcción de carácter religioso, realizada por el arquitecto catalán Antonio Bonet a pedido de la familia Soca luego del fallecimiento de la poeta Susana Soca en un accidente de aviación el 11 de enero de 1959 ocurrido en la bahía de Guanabara, Rio de Janeiro, Brasil.

II) La construcción que fue iniciada a mediados de 1962 y finalizada aproximadamente a fines de 1965 se encuentra en uno de los bordes de la planta urbana de la ciudad de Soca (ex Mosquitos) cuyo nombre fue cambiado en honor al Dr. Francisco Soca Barreto, reconocido médico nacido en ese pueblo el 24 de junio de 1856 y fallecido en Montevideo el 29 de marzo de 1922.

III) La planta es un rectángulo de 24 metros de largo por 12 metros de ancho que forman espacialmente una cruz latina. Se trata de una composición volumétrica lograda con tetraedros yuxtapuestos. Una estructura de hormigón armado que coincide con los bordes de los poliedros. Las caras triangulares fueron subdivididas a su vez en pequeños triángulos de hormigón prefabricado y vidrio. Consta de 16 triángulos equiláteros de 12 metros de lado. Doce de ellos están a su vez divididos en 25 triángulos equiláteros de 1.70 de lado divididos a su vez en 9 triángulos también equiláteros de unos 35 cm. de lado, todos cubiertos con vidrios de colores. En la construcción se encuentran plasmados varios símbolos cristianos.

CONSIDERANDO I) Que se trata de una de las más valiosas realizaciones de la arquitectura moderna en el Uruguay y que mediante una estructura de hormigón armado y vidrios de colores, logra una extraordinaria luminosidad y levedad. Recuerda a la obra de Auguste Perret: Notre-Dame de Raincy en Francia.

II) Que en esta obra se aúnan personalidades relevantes de la historia cultural del Uruguay como el arquitecto catalán Antonio Bonet -realizador del Plan de Urbanización de Punta Ballena, en el departamento de Maldonado, de la Hostería Solana del Mar y varias residencias construidas entre 1945 y 1948 en la zona de Punta del Este y Portezuelo y la poeta Susana Soca, notable intelectual, animadora cultural y fundadora de "Les cahiers de la licorne" en 1947 en París y posteriormente ya en Uruguay y a partir de 1953 de "Entregas de la Licorne" ambas publicaciones que divulgaron obras de diferentes intelectuales en la década del cuarenta y del cincuenta del siglo XX. Ambas personalidades marcaron, dentro del carisma que le era propio, el ambiente intelectual del Uruguay y con su obra dieron testimonio de la vocación cosmopolita del país. III) Que la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación encuentra que esta obra es un excelente ejemplo singular y representativo de la arquitectura moderna que se materializa en un edificio de destino religioso que plasma con sutileza e inteligencia las preocupaciones de su mentora, la intelectual y escritora uruguaya Susana Soca Blanco. A través de esta obra se conjuga el pensamiento existencial de la escritora con la arquitectura de vanguardia en esos años, por lo que se entiende adecuado declarar dicha obra Monumento Histórico Nacional. ATENTO: A lo expuesto, a lo informado por la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, a lo establecido en el art. 181 nal. 8 de la Constitución de la República, en la Ley N° 14.040 de 20 de octubre de 1971 y su Decreto Reglamentario 536/972 de 1 de agosto de 1972 y Decreto de fecha 1 de junio de 2006.

EL MINISTRO DE EDUCACIÓN Y CULTURA en ejercicio de atribuciones delegadas RESUELVE: 1 DECLÁRASE Monumento Histórico Nacional la Iglesia de Soca, obra del arquitecto Antonio Bonet sita en la ciudad de Soca del Departamento de Canelones.

RICARDO EHRLICH


Monumento Histórico Nacional. Resolución 725/014. 


Ver además:

Katzenstein, Ernesto; Natanson, G. & Schvartzman, H. Antonio Bonet. Arquitectura y Urbanismo en el Río de la Plata y España. Buenos Aires: Espacio Editora, 1985.

Rey, William. Born again. New York: Metropolis, (May 2007): 54.